sábado, 6 de julio de 2013

Black

Al fin y al cabo, todos siempre terminamos convirtiendonos en lo que ellos quieren.
Nos quitan las ideas más pequeñas de la mente.
Nos obligan a interesarnos en la gente que nos convenga,
que nos convenga en cualquier sentido,
humanitario o capitalista.
El/la tipo/a más bueno, inteligente, lindo, simpático.
Ah, y no creerías cuánto les gusta cuando le agradas a la familia.

Y de repente, tenes hijos. Y esa condecoración natural, pareciera ser un sello indiscutible de haber encontrado a la persona indicada con la mejor precisión del planeta.

Pero, y qué hay que aquello que jamás pudo ser cuantificable?.
Qué hay de lo inexplicable, de lo que sucede sin previo aviso, de lo que, tratando de encontrar las palabras adecuadas, no podríamos ni aún describirlo?...

Y qué hay si no me apetece todo lo que está dicho, lo escrito?, qué tal si no tengo ganas de estar con la persona adecuada, con lo más recomendable?..
Y eso que casi me atrapa!!!
Casi me engaña el destino, haciendome creer que la última persona, la más latente, es la más acertada.

Los sentimientos no son drogas alucinógenas dificiles de conseguir.
Las caricias nos gustan a todos, y si vienen de seres medianamente atrapantes, más. Y si con ellos, traen calma y paciencia, nos damos por hechos.

Pero, "cómo si se pudiese elegir en el amor!, cómo si no fuera un rayo que te parte los huesos, y te deja estaqueado en la mitad del patio"...

Creo que, por letal que me parezca, prefiera ésta triste soledad, a verme encerrada en un engaño que dure por años. Si he perdido el tren, supongo que deberé aceptar mi desdicha, con infortunio pero con dignidad.

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