domingo, 12 de mayo de 2013

Estoy comenzando a aburrirme de éste rol de payaso.
Comienzo a sentir asco de los rostros que me aplauden, y comen, y ríen y cotillean.

Estoy comenzando a sentirme absolutamente prescindible.
De hecho, inexistente.

Estoy comenzando a comparar mi éxito con el de cualquier bufón irrelevante.
Y a pensar que, tal vez, pocas personas puedan parecer, como yo, tan desagradable.

Estoy comenzando a pensar en que me aburre que todos esperen de la vida un color rosa viejo,
donde la tranquilidad está sobrevaluada, y la oscuridad parece un síntoma enfermo.

Estoy comenzando a sentir que tal vez amé demasiado,
y amo, a todo aquel que existe, y me compadezco de todo aquel que existe, cuando realmente jamás fue necesario.

Estoy comenzando a pudrirme de esperar un amanecer diferente,
estoy sintiendo que jamás nadie tiene la capacidad de amar (me).

Estoy comenzando a morir, de forma lenta e inconsistente,
y sólo un disparo final, como remate, podría solventar tanto daño inmoral.


No hay comentarios:

Publicar un comentario