miércoles, 19 de junio de 2013

Quién guarda la felicidad?, quién la esconde, quién la vende, dónde la cosechan?...
Quién reparará mañana por mi?, a quién le importa mi destino?, quién pudiera acunarme entre sus brazos?.


Quién pudiera darme al menos por cinco minutos su alma,
quién pudiera cambiarme los piés, y ponerme sus huellas detrás de mis pasos...

Quien pudiera borrar mi camino, quitarme éste cieno de mis viejos zapatos?
Quién pudiera llevarse todo recuerdo maligno, que ha hecho de ésta persona verde una ligera anciana?...

Todo lo que empeño es este corazón molido, éstas manos áridas, éstas rimas brutales.
Aprieto entre las uñas un último deseo furtivo, un suspiro al Universo en forma de divina oración.

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