sábado, 13 de abril de 2013

Yo ya sé lo que es el frío de un no abrazo,
unas pálidas manos de cera,
un brote morado perpetuo.

Yo ya sé lo que es buscarte entre perfumes,
oírte las mañas brotar bajo la cama,
traerte en mil ecos, con tus discursos certeros.

Yo ya sé lo que es volverte toda risa,
volverte siempre perfecto,
siempre inteligente.

Yo ya sé lo que es matarte una y mil veces,
perderte y reencontrarte,
saberte hasta los dientes.

Yo ya sé cuánta amargura trae el frío viento cuando ya no llueve,
yo ya sé qué nos depara la suerte aún cuando no nos envuelve.
Yo ya sé, igual, que debemos pasar siempre por esto, pero
cómo no tenerle miedo,
cómo no tenerle miedo!

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